De tiendas~~

¿Uhm? ¿El tuyo no es asi hermano? .-Dijo mirando con asombro al chico.

Solo a veces y casi siempre acabo recibiendo una patada o un golpe dijo el con una sonrisa sarcastica.
Pero es buen Bookman.

Empezó a imaginar a un viejo gruñor y con mal caracter, una risilla se le escuchó por lo bajo acompañada al finalizar de una sonrisita.

¿Te apetece ir de tiendas hermano?.-Dijo señalando a una parte de la ciudad donde habian muchisimas y unos escaparates que llamaban la atención.

Claro mi hermana , ademas Allen ya debe estar en la sede y no le importara esperar. Dijo con una sonrisa y empezo a desender con el martillo.

Se agarró fuerte a el con una sonrisa y señaló.

La gente nos esta mirando, ¡que verguenza! .-Dijo con ironia.- Lo primero comprare ropa nueva...y despues comemos algo ¿si?

El unico problema de la inocencia es este pero ya se acostumbraran
Prearate para bajar dijo Lvi

¡Siii! -Dijo mirando hacia el suelo que estaba cada vez mas cerca.

Ya mas cerca del suelo Lavi se solt de su hermana y bajo de un salto.
Vamos hermanita yo te cojo dijo con una sonrisa.

Una figura aparecía sobre uno de los tejados, y un par de Akumas partidos por la mitad tras él, con claros signos de haber sido derrotados por ataques cuerpo a cuerpo, pese a que Ulquiorra Ciffer, nombre del indivíduo, no hallase mostrado piedad ni perdón por aquellos monstruos.

Ulquiorra Ciffer es un muchacho de estatura baja y constitución delgada, que junto a su piel totalmente blanca le confiere un aspecto frágil. Su pelo es de color negro, y lo lleva corto y desordenado, con un mechón que cae por su frente. Mas el rasgo más destacable de Ulquiorra son sus grandes ojos, de un color verde profundo y totalmente carentes de brillo, que le da un aspecto ciertamente inhumano [acrecentado por unas pupilas felinas]. De sus ojos salen dos líneas de color verde similares a lágrimas que surcan todo su rostro. Ulquiorra rara vez cambia de expresión, manteniendo siempre el mismo gesto indolente e inexpresivo.

Se le ve llevando siempre una chaqueta y un hakama blancos junto con una faja y el calzado de color negro, sumado a la Rosa de la Cruz Blanca que consta de los Exorcistas. El rasgo que hace inconfundible a su indumentaria son las dos largas colas que surgen de su chaqueta, como sí de un chaqué se tratase. Muestra un 4 escrito en tinta negra en la parte izquierda de su pecho, mientras que los restos de su máscara secundaria, su arma anti-akuma, aparecen en la zona izquierda de su cabeza. Éstos tienen la apariencia de un casco roto, con un cuerno.

Ulquiorra bien podría ser quien posee la personalidad más fría e insensible, mezclado con un halo melancólico no exento de crueldad. No suele mostrar emoción alguna hacia cualquier estímulo externo, pareciendo indiferente ante todo lo que sucede a su alrededor, y no tiene el menor reparo en herir tanto a enemigos como a camaradas si se interponen en su camino. En su primera aparición llamaba "basura" a todo aquél que no era digno de su atención, algo que si bien no ha vuelto a hacer, ya se ha convertido en una de sus señas de identidad. Aun así, Ulquiorra no es particularmente violento, y sólo pelea cuando provoca él mismo a su contrincante movido por pura curiosidad. Ulquiorra tiene el hábito de atravesar con sus propias manos a la gente que le llama la atención en el lugar donde empieza el esternón, una costumbre que no se sabe si realiza conscientemente o no.

Ulquiorra muestra cierto interés por las emociones humanas, aunque no llega a comprenderlas e incluso niega su existencia ya que, según él dice, "si sus ojos no pueden verlas, no son reales". Podría parecer, por esta forma de pensar, que debido a la forma de vida sin sentido de un humano del que se desconoce gran parte de su pasado y que además éste fuera tormentoso, Ulquiorra no entiende qué son los sentimientos, aunque como aún no sabemos lo suficiente de su pasado, no podemos confirmarlo.

De naturaleza inteligente y mente analítica, Ulquiorra es sumamente perceptivo, y capaz de destacar el más mínimo detalle en cualquier situación, lo que le convierte en una muy valiosa fuente de información. Además, ha demostrado ser bastante retorcido, a sabiendas o no, siendo capaz de atacar directamente los sentimientos de aquéllos que se enfrentan a él y observando su reacción. Su forma de ser es implacable, y es capaz de realizar cualquier acto, por inhumano y abominable que pueda ser, sin siquiera pestañear.

Reika de un salto con mucho cuidado bajó del martillo y esperó a su hermano mientras miraba a la gente con una sonrisa ironica.

De verdad...-Suspiró muy convencida de que la gente nunca se cansaría.- ¿Donde prefieres ir primero? ¿Pasteleria? ¿Tiendas? ¡Oh! Conozco una que venden unas botas preciosas para ti hermano ^^ - Dijo muy feliz agarrando la mano de su hermano y llevandolo lejos de la multitud que los miraba como si fueran parte de otra sociedad distinta.

Ulquiorra observaba en silencio desde el tehco donde se había apostado en un principio. Caminó alejándose de la posible multitud y usó el Sonido para aparecerse en uno de los oscuros callejones y salir a la plaza por allí, ignorando a los curioso parisinos por el cráneo que poseía, ni el traje que llevaba, el cual ondeaba al compás del poco viento.

Tranquila hermaniitaaaa, si tenemos todo el tiempo del mundo...
Aunque pensandolo bien necesito unas botas nuevas, mirando sus botas muy rapadas y de suela desgastada por la multitud de tiempo.

¡Oh! ¡Miremos allí! -Dijo señalando a una zapateria muy elegante. ¡Que bonitas!

Entró dentro de la tienda donde un hombre mayor rapidamente se levanto de su taburete para atender a los dos ansiosamente.

Bienvenidos... Bienvenidos -Decia continuamente acercandose a ambos.

Lo miró con una cara un poco asustado.
"Este tio me da un poco de desconfianza." Penso Lavi.
Pero los zapatos eran bonitos y a vista de Lavi eran de buena calidad.

Kya...¡que monos! -Dijo caminando muy rapido al otro extremo de la tienda, lo bueno de Reika es que sus ojos no se les escapaba ni el mas minimo detalle por eso para ir de tiendas con ella era muy facil encontrar lo que le gustaba y lo que no.

Al instante, Reika estaba al lado de su hermano con más de tres bolsas.

Me encanta comprar...júh-Dijo alivida dandole una bolsa a Lavi.- Esta es tuya...^^

¿Para mi? dijo Lavi un tanto sorprendido.
No hacia faltahermanita.

¡Si lo hacia! .-Dijo con los cachetes hinchados.- Te queria hacer un regalo...

Salió de la tienda junto a su hermano.

Invito a comer, elige sitio -Sonrió malevola con la cartera de su maestro en el bolsillo.

Si quieres podemos comer en la orden, la comida de los cocineros es deliciosa.Dijo Lavi .Ademas asi formaras parte de nuestra gran familia.
Dio con una sonrisa y cerrando su ojo visible.

Oh... me parece bien -Dijo totalmente roja al imaginarse comiendo alli.- Que verguenza...~ chuu~

Solo hay alguien que me preocupa y es Komuiero eso lo aremos cuando llegues a la orden dijo Lavi un tanto despreocupado.
Y no te pongas nerviosa solo es como una comida familiar pero muy grande.

¡¡Sí!! - Dijo poniendo la mano en la frente como un soldado y poniendose recta al instante.

Los cachetes se le pusieron rojos y ella lo disimulaba con una sonrisa amistosa.

Lavi se io con una fuerte risotada.
Pero aun tenia la sensacio de ser observado por alguien o algo.

Allen comía en la orden tranquilamente, aguardando a Lavi y a la joven y nueva integrante exorcista llamada Reika quien poseía una particular, curiosa y muy practica inocencia.

[Off Rol:Voy a hacer como si Lavi ya hubiese activado la inocencia ^^]
Reika subió al martillo de Lavi de nuevo, y volvieron rápidamente a la Orden. En la entrada, ella se quedo mirando el tremendo edificio y una puerta parlanchina la examino detenidamente dándole la aprobación de entrar.

Hermano, voy a explorar un poco esto...¡Nos vemos en el comedor!-Dijo pegando una carrera yendo en dirección hacia el comedor sin darse cuenta, sin Lavi- Que vergüenza...

Se paró en las puertas de aquel enorme comedor donde un montón de exorcistas y buscadores comían. El barullo era impresionante. Y claramente un chico de pelo blanco le llamó la atención en especial.