Matando buscadores...

Ren llegó a Italia en su forma noé despreocupadamente, con un estraño collar canino que la Condesa le habia puesto brutalmente. Absorto por las ordenes de la misma el chico se desplaza en un remolino de viento gelido. Hasta avistar a los buscadores en las altas montañas con una inocencia en la mano.

Deben ser ellos...-Dijo mirandolos desde lo alto con cara de pocos amigos.- No les quiero matar pero son ordenes de mi beato-sama...

Lanzo una rafaga de viento gelido sobre ellos helando la montaña y a los buscadores.

¡SOCORRO! -grito uno llamando al cuartel de la orden oscura.- Ayu...

Al momento quedó congelado.

Mientras, en esos momentos, Komui ordenó a Allen a averiguar qué había ocurrido con esa tropa de buscadores, por medio de un portal del arca cercano a la situación geográfica de donde se encontraban y cuyo portal era su destino para llegar a la orden.

¿Ayu? -Dijo Ren rascandose el cuello, debajo del collar que le puso la condesa.- Sí es una chica, vale...

Acabo por congelarlos totalmente, para asegurarse Ren bajo a donde estaban ellos y puso la mano en su helado cuerpo.

No, no late...Que rápido me libre de ellos...estupidos humanos... -Suspiro y miró a su alrededor apoyado en el hombre de aquella estatua de hielo.- Odio este dia...

Allen bajaba las montañas intentando avistar a los buscadores, cuando encontró una zona blanca, extraña en esta época del año en esas zonas así que se acercó hasta avistar a el Noah Ren.
-Kuso!...(maldición en japones) He llegado demasiado tarde...

Sí, ya lo ves... -Dijo girando la cabeza con mal humor.- Yo no lo hubiese dicho mejor...

En ese momento, una parte de el se enfureció al ver al chico. Sus ojos comenzaron a brillar con mas intensidad, un rojo carmesí muy llamativo.

¿Q-Quien eres?

Soy Allen Walker, ¿eres tú quien los ha dejado así?

Se podría decir que si...puras ordenes... - Suspira y se sienta en el suelo muy aburrido.- ¿Y tu has venido hasta aqui para...? ¿matarme? ¿ver que paso? ¿o estas de vacaciones? ¡Si es la tercera opcion me apunto contigo!

¿Contigo? Sí bueno... -Se empieza a reir solo con los ojos cerrados y las manos en la barriga.- ¡¡Je, je, je, je!! ¡Que chistoso!

¿Pelear? Oh, sí,sí tengo un motivo -Dijo arqueando la ceja y llevandose la mano a la barbilla para pensar.- ¿Sabes quien es la Condesa? Pues ella me dió la orden, además...ellos tenian algo de información sobre nosotros, el clan de los noé.

Se mete las manos en los bolsillos de su chaqueta negra y saca una inocencia de color verde esmeralda reluciente.

Jé...¿La quieres? -Agarra la inocencia con una sola mano, explotandola delante de sus narices con una sonrisa pícara.- Pues ya no esta~

¡Idiota!-dijo abalanzándose contra él-¡Muere!

¡Ya estas tardando en matarme! -Dijo mirando hacia el otro lado en el suelo, debajo de Allen.- De todas maneras, acabaría al fin esta vida tan aburrida que llevo...

Se habia, en toda regla, dejado atrapar.

Empuñando su espada, la acercó al cuello del chico.

Una lagrimilla le bajo por la cara, e intento ocultarla.

Acercó el filo hasta atravesar un poco su piel.

Se queja un poco de dolor.

Mira la espada olvidandose de la herida.

Es-Es-ta...es la espada del Conde ¿Como? -Pregunta incredulo.

L-lo entiendo... -Comenta muerto de miedo y al instante agarra el brazo con el que Allen sujeta la espada.- Para...

Porque no quiero ser un insignificante humano -Gruñe.

Tu tampoco eres humano, asi que no me regañes -Comenta molesto.