¿Tu gota en la mejilla es de lluvia? El pueblo llovizno de los recuerdos

Sonrió levemente al escuchar las palabras de Kanda, y desevainó su kodachi.

SHIHOUIN YORUICHI:- Jinteki Shakusetsu (尽敵螫殺, Pica/Aguijonea a los enemigos hasta la muerte), Suzumebachi- mientras la usuaria mantiene su arma con la mano derecha, la cual comienza a emitir un suave zumbido. En su primera liberación, Suzumebachi adquiere la forma de un pequeño aguijón dorado que cubre el dedo corazón de la mujer, así como un brazalete del mismo color que se ajusta a la muñeca de su usuaria, y se une al aguijón con una delgada cadena. Decorado con motivos horizontales dorados y negros, el priner nivel se ajusta perfectamente al nombre de la espada. En su primer nivel, Suzumebachi es idónea para el estilo de lucha especializado en las distancias cortas de Yoruichi, mostrando además unos poderes que convierten a la joven Exorcista en una peligrosa enemiga.- Iré a interrogar a las gentes mientras busco a los Akuma por este lado- le comentó a Kanda desviando su mirada hacia un trecho camino hacia la izquierda.- ¿Podrás ocuparte de los de esta zona?

De este pequeño grupo... ¿nada mas? dijo Kanda un poco prepotente y confiado de si mismo ante ese grupo de akumas los cuales empezaron a gritar enfurecidos y se lanzaron hacia el exorcista.
Kanda pudo contar unos 5 que se acercaban desde el suelo y unos 3 acercandose desde el aire.
Salto haca un lado esquivando a los akumas que se acercaban hacia el y moviendo la mano derecha corto el brazo de uno de ellos.

Maldito... exorcista pronuncio el akuma mientras chorreaba algo de sangre violeta.
Al finalizar estas palabras Kanda corrieo en direccion el pequeño grupo de atacantes:

Hakka Tourou (Ocho mantis religiosas de flores): Usando el Ningentou, Kanda crea un movimiento que corta rápidamente al enemigo ocho veces. Los cortes juntos parecen flores.

El akuma que le habia dirigido la palabra y 3 mas de ellos acabaron hechos cenizas tras una explosion.

SHIHOUIN YORUICHI:- Tampoco es tan pequeño- musitó ella, y una vez que Kanda se fue por su lado, Yoruichi se fue por el suyo, derrotando a Akumas fácilmente, cin una rapidez propia de ella, al mismo tiempo que Kanda derrotaba al grupo que le tocaba con la misma rapidez y eficacia.

Rastreando pasos de los Akuma y de personas a quien se deseaba preguntar para investigar, sólo encontró a una encorvada anciana después de haber derrotado a un Akuma en un callejón, en concreto el que estaba buscando a tientas la Inocencia, con dos Houmonka en el mismo punto del pulmón derecho, con una velocidad propia de la Comandante Suprema del Cuerpo Secreto y Comandante en Líder de la Milicia Ejecutora.

- Desde siempre aquí nieva mucho, y parece que una enfermedad contagiosa hace que los pueblerinos mueran- dijo la anciana recuperándose de su estupor, asentándose de nuevo en el portal de su casucha.

SHIHOUIN YORUICHI:- ¿Desde cuándo sucedió?- inquirió la Capitana.

- Hace cerca de un mes. Hay rumores de que las gentes no se atreven a salir de los límites sus domicilios. Pueden salir a la entrada, pero calle arriba es imposible.

Agradeció secamente la información y se marchó de un gran salto, tras lo que se marcó una Houmonka en su hombro izquierdo para prevenir. Debía alertar a Kanda, a quien encontró tras una masacre de Akumas de nivel dos, y le informó de lo dicho por la sabia anciana, que por sus palabras decía la verdad.

SHIHOUIN YORUICHI:- Por precaución, creo que has de protegerte con algún pañuelo o algo.- finalizó por informarle.

Kanda acabo con el ultimo akuma que habia en la zona estaba salpicado de sudor mientras una de las dos armas se desvanecia y la otra era guardada en su vaina.
Pyo a Yoruicho hablandole y contesto.
Si... ya me siento algo mareado sera mejor que coja algo para evitar la intoxicacion, rasgo un pedazo de su tunica y se loa to alrededor de la cabbeza cubriendole su boca y nari

Yoruichi le ayudó a colocarle el trozo de tela bien para que no se intoxicara con el aire, tras lo que le miró en silencio.

SHIHOUIN YORUICHI:- Debemos buscar la Inocencia. Varios Akuma que he destrozado la estuvieron buscando. No debe andar lejos- dijo brevemente.

Tienes rzon, lo mejor parami sera subir a los tejados para salir de este hambiente, dijo mientras metia un salto y se situaba sobre el tejado mas cercano a ella.

Asintió y lo siguió dando un salto hacia el tejado donde él estaba.

SHIHOUIN YORUICHI:- Bien. Vamos- instó ella, dando un salto hacia el siguiente tejado

Kanda la siguio, saltando de un lado a otro a toda prisa mientras buscaban la inocencia.
Tantos akumas... espero que no haya ningun noah... nos complicaria las cosas.

Penó lo mismo que Kanda, con lo que estuvo de acuerdo. Esperaba a que ningún estúpido Noé les estropeara la ocasión.

¿Donde estara la inocencia? se cuestionaba a si mismo

A lo lejos, en las altas montañas se podía divisar algo. Parecía una barrera invisible que protegía uno de los lados del bosque.

SHIHOUIN YORUICHI:- Parece que por allí hay algo.- anunció ella cuando se dirigían hacia el norte- Aunque hay una barrera que lo protege.

¿Seria capaz de romper la barrera? pregunta KAnda recordando las sorprendentes habilidades de su compañera en la crecacion de dichas barreras

SHIHOUIN YORUICHI:- Por supuesto, déjamela a mí. La barrera parece similar al Kidoh, por lo que no parece muy difícil de romperse al primer impacto. ¡Shunkō (瞬閧, Grito Instantáneo)!.- Evocó.

Spoiler:

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Cuando evocó esa palabra, Shunkô, una energía Kidoh nacía concentrada en hombros y espaldas, desintegrando cualquier telar que se llevase encima, salvo los uniformes personalizados de Exorcista y el de Comandante Suprema del Cuerpo Secreto y Comandante en Líder de la Milicia Ejecutora, desplazándose por las extremidades para luchar, y poseyendo la entidad de potentes rayos. Se dejó ver el segundo tatuaje a las espaldas, evolución del primero, y una Houmonka encima de la manga grisácea marrón que yacía desde el brazo hasta pasado el codo, casi por la muñeca.

>> - ¡Kyaa!- al golpear contra el invisible muro, éste se desquebrajó, como si se desquebrajase el espacio, haciendo la montaña y el paisaje más vistoso, y más natural. Se revelaba un enorme claro dle bosque que daba directamente a la entrada a lo que parecía una cueva en medio de la montaña.

Se puso en el nevado suelo, hundiendo suavemente las suelas de sus zapatos chinos tradicionales, desactivando el Shunkô.

Realmente impresionante.... yo entrare en la cueva tu descans has usado mucha energia paa romper la barrera, dicho esto desenvaino a mugen y empezo a bajar lentamente por la cueva que se iva oscureciendo mientras el avanzaba y se adentrabamas en ella.

SHIHOUIN YORUICHI:- Vale. Ten cuidado, Kanda.- comentó ella antes de que el peliazulado entrase, aguardando a éste y vigilando la entrada, a la vez que reposaba de las energías usadas, asentándose junto a la entrada de la cueva. Se miró el brazo izquierdo, la mancha seguía ahí.- Falta muy poco tiempo para que me inutilice el brazo- se dijo para sí, susurrando. Mas sin embargo, no pensaba morir tan rápido.

La cueva tenia algo que de desnivel por tanto se hundia en el interior de la tierra y a medida quebajaba la cueva se oscurecia mas y mas hasta llegar al punto de que KAnda no viera nada.

Seguía esperando a Kanda, el cual se había adentrado casi por completo en la cueva. Creía firmemente en él y confiaba en que lo conseguiría.

Kanda no podia ver con claridad hasta que se le occurio una idea...
Nivel 2/ Nigentou (Dos cuchillas de ilusión): Cubre su espada con una capa de energía, creando dos armas muy filosas.

AL creear este nivel una luz azulada surca su espalda dando un resplandor tenue a su alrededor la cual le permitia ver con algo de claridad y seguir avanzando.

Continuaba esperando a Kanda que, creyendo firmemente en él, lo conseguiría. Cuando, de repente, le invadía un intenso dolor de cabeza y en el brazo izquierdo, donde estaba la mancha. Una silenciosa mueca angustiosa de dolor se formó en su pálido rostro.

Spoiler:

SHIHOUIN YORUICHI:- Mal..di..ción..-No pudiendo más, se desmayó en la nieve, pese a intentar soportarlo un poco, pero ni siquiera éso, y no deseaba alertar a nadie, ni al mismo Kanda, que estaría buscando la Inocencia. La mancha gris marrón había avanzado un milímetro hacia la muñeca. Un frío viento invadía las altas montañas, quizás una ventisca cada vez más fuerte. Las mejillas de Yoruichi se tornaron de un rosado color manzanero. El leve tintineo de su kodachi, al igual que las anillas doradas, eran ahogadas por la misma ventisca helada.

Kanda llego una sala dentro de la cueba en donde unas antorchjas se iluminaron, dejando a la vista un peuqeño altar con una piedra brillante en la cual se observaba claramente la inocencia.
Al acercarse una llamarada salio de una de las antorchas evitando que se moviera mas de la cuenta.

Continuaba bajo la ventisca que pronto cubriría con su manto blanco medio cuerpo inconsciente de Yoruichi, mientras Kanda se ocupaba de conseguir la Inocencia. Musitaba algo extraño, como si estuviera susurrando en sueños.

Kanda no tenia pasencia suficiente para estar esquivando llamaradas asi que salio corriendo evitando las llamaradas las cuales quemaron parte del pelo dle exorcista y casi todos los bajos de la tunica.
"Debo darme prisa" dijo mientras saltaba otra vez hasta llegar al altar y coger la roca

De nuevo esa pesadilla, no podía despertar por mucho que quisiera...


Estaba sola… y se escuchaba una macabra risotada, un pueblo o una ciudad incendiada, unos gritos angustiosos… de familias, adultos y niños huyendo de aquellas macabras risotadas y criaturas, que les asesinaban, seguramente los Akuma.. Evidentemente es la pesadilla de todo el mundo, pero ese pueblo parecía muy antiguo... Destrucción, soledad... una figura entre las sombras que desaparecía... sin siquiera sentir el dolor que se pose al perder a un miembro de la familia...A nadie.. no veía a nadie.. ni siquiera a Kanda … Después vislumbraba a una niña que huía con su madre en lo que parecía una tormenta, viéndose de fondo ese pueblo en llamas, o era otra aldea.. Huían en barca, aunque creo que la madre murió y la chica no sabía bien quién era.... Llamaba a Kanda, pero no respondía... ni él ni nadie... En esa visión estaba completamente sola...

Las llamaradas pararon desde el momento que Kanda cogio la roca entre sus manos y se ilumino el pasillo por el que habia venido.
Ya con l ainocencia guardada decidio volver con su compañera.

Continuaba inconsciente, musitando cosas indefendibles, en japonés. Todavía el blanco manto de nieve cubría casi media digura de la Capitana, cuya mancha de la enfermedad que poseía estaba casi por la muñeca izquierda.