¿Tu gota en la mejilla es de lluvia? El pueblo llovizno de los recuerdos

Drmía bastante bien con Kanda, hasta la mañana siguiente.

el sol se colaba por las rendijas de la ventana y despertando a KAnda que se fue incorporando lentamente para no despertar a Yoruichi.

Se movió levemente cuando los rayos solares iluminaban parcialmente la habitación, ya que por desgracia no había cortinas que cubriesen de los rayos del astro rey. Abrió los ojos poco a poco. Todavía estaba tapada con las sábanas y mantas de la camita donde había dormido con Kanda, y sinceramente se encontraba mejor.

SHIHOUIN YORUICHI:- Buenos días, Kanda- dijo ella suave y tranquilamente mientras su peliazul mejor amigo se incorporaba

¿TE he despertado? pregunto al oir la voz de su amiga al saludarle

Sonrió leve pero dulcemente, pudiendo Kanda sentir ese tipo de sonrisa que sólo le dedicaba a él.

SHIHOUIN YORUICHI:- Qué va. No te preocupes. Sinceramente acostumbro despertarme a estas horas- le respondía mientras se incorporaba asentándose.

Sonrio levemente y se levanto abriendo levemente la venta para que entrara un poco de aire fresco

Yoruichi se levantó bostezando educadamente, observando después a los lados. Hacía frío, pero estando con Kanda era como si el frío no existiera. Se sentía bien.

SHIHOUIN YORUICHI:- ¿Te parece bien que regresemos a la Orden? Creo que aquí ya no tenemos nada que hacer, a menos que prefieras vigilar por un tiempo más este pueblo- dijo ella mientras se asentaba sobre la cama una vez hecha e invitando a Kanda a asentarse a su lado.

No me interesa este pueblo.... solo habia que cumplir la mision saldremos con el primer tren de la mañana... dijo con su forma fria habitual llendo al armario a buscar su unica y algunas de sus pertenencias.

Yoruichi asiente, sabiendo de aquel tono frío y firme de su mejor amigo, con quien estaba muy de acuerdo.

Deseas desayunar algo antes de partir?pregunto colocandose la vendas sobre el tatuaje

SHIHOUIN YORUICHI:- Si quieres podemos desayunar algo antes de partir. Creo que el próximo tren que nos lleva a Londres y por consiguiente a la Orden, sale dentro de dos horas- Respondió ella mientras lo ayudaba a colocarse las vendas bien, mirándole a los ojos con esa típica confianza y dulzura que mostraba únicamente ante él.

Sera lo mejor...termina de colocarse las vendas con cuidado y le mira a los ojos.

Le mira a los ojos, a aquella mirada que no temía, a esa mirada a la que confiaría incluso su vida misma.

Gracias.... dijo finalmente mirandola a los ojos azabaches... esos mismos ojo que mostraba a aquella niña encantadora que conocio asia mucho tiempo.En la cual confiaba de tofo corazon

A él lo veía. A ese chico de cabello moreno por los hombros, que siempre estaba con ella y que a menudo sufría de esas visiones, las cuales la Capitana comprendía. Y conocía a Kanda mejor que nadie. Le abrazó cálida y dulcemente, en silencio, como un símbolo de su fuerte vínculo, como diciendo lo que quería decir: "No hay de qué". La sola mirada de ella comprendía incluso las palabras que uno de ambos deseaba decir.

Sorprendido la rodeo con sus brazos cuidadosamente de no hacerle daño mientras se sumian en un calido y tierno abrazo.

El tiempo parecía que se detenía con ellos dos así abrazados. Ella no quería separarse de él, ni en las misiones ni en la Orden, aunque sabía perfectamente que debían regresar a la Orden después de desayunar.

Le dio un calido beso en la cabecita y se la acaricio cariñosamente.

Se sonrojó por tal beso en la frentecita. Después bajó con él a desayunar una vez todo recogido en las respectivas maletas.

Bajo las escaleras siguiendo a Yoruichi para tomar algo y ponerse en marcha

Llegaron al restaurante de la posada, un lugar sencillo, lleno de mesas, barras de pedido y sillas, evidentemente. Una sala bastante iluminada para tal sencillez. Se asentó con Kasda para desayunar lo que ambos prefiriesen.

Desayunaron tranquilamente los dos mientras la sala se llenaba un poco de los demas huespedes

Desayunaba tranquila y educadamente con él, a esperas de que se avsara para la salida del barco y el tren hacia Londres

Paso el tiempo mientras esperaban a que avisaran